La ciencia de la oración: la intención modifica la salud, opera sobre el cuerpo
Mente sobre materia: estudios muestran que la
oración permite sanar más rápido a pacientes, afecta el crecimiento de
las plantas y puede ser medida en aparatos electrosensibles.
Por diferentes fuentes recibimos
información de que la mente, sobre todo la intención concentrada, a
través de la palabra o la visualización, es capaz de afectar la materia e
incluso sanar el cuerpo, el propio y hasta el de los demás.
El vanguardista proyecto de la prestigiosa Universidad de Princeton: el Global Consciousness Project documenta
como la mente colectiva afecta aparatos de medición o
electrogaiagramas. Algunos de los efectos más poderosos registrados son cuando se juntan meditadores a dirigir su intención.
Lynn McTagart, escritora y líder del “Intention Experiment”
que engloba una serie de experimentos en los que se enfoca la atención
sobre algún objeto material para modificarlo físicamente, algunos de sus
experimentos han hecho que una hoja brille, o que semillas a las que se
les emite la intención germinen más que a las que no se les dirige esta
energía psíquica.
Un estudio de la Universida de Duke encontró
que dentro de un grupo de 150 pacientes cardiacos que recibieron
terapia post-operación, el sub-grupo que recibió oraciones de
intercesión tuvo el máximo nivel de recuperación. En el experimento ni
los doctores ni los pacientes sabían que se les estaba rezando. Como si
fuera un cursi cliché cristiano, la oración alivia al corazón.
El científico de Stanford Stephen
Laberge ha documentado miles de sueños lúcidos realizando mediciones
fisiológicas en el proceso. Laberge cree que los sueños lúcidos son el escenario ideal para sanar proceso
psicológicos de ansiedad y traumáticos que se traducen en trastornos
físicos. Una particular técnica desarrollada es la visualización
consciente dentro de los sueños.
Michael J. Formica escribe para
Psychology Today que la oración de la bendición, la oración que curar,
se mueve del egocentrismo al etnocentrismo o hasta el geocentrismo. En
este sentido psicológicamente disuelve su ego, en un acto de conciencia
global, probablemente entrando en los campos morfogenéticos de la
Noósfera.
La variable en estos casos, nos dice el
Dr. Formica, no tiene que ver con dios, pero si sugiere una relación
entre el estado de conciencia experimentado por aquellos rezando y la
experiencia subjetiva de aquellos a los que se le reza, una resonancia
recíproca que ha sido descrita por la física entre la concienica y los
campos cuánticos, posiblemente un estado de entrelazamiento cuántico.
Nuestro ADN se comunica justamente a través de este entrelazamiento
cuántico a distancia. Tal vez más que nuevas fronteras espaciales, la
neuroplasticidad de nuestro cerebro y del cerebro del planeta son las
misiones de exploración más apremiantes de nuestra época.
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