I. ENTREGA AL SERVICIO. Hermanos que la luz del Padre llegue a sus corazones encendiendo la llama del amor. Yo soy KWAN YIN y vengo a dedicar una líneas a los corazones afligidos de los hermanos que hacen de éstos sus propias sendas de victoria. Cuando la luz del alma ilumina al ser interior, surge como el torbellino más potente, la necesidad de entregarse al servicio por la humanidad y con esta misma energía, con ese mismo ímpetu, el ser humano se lanza por las calles del dolor, de la desesperación, tratando de hacer algo por aliviar esas emociones que él mismo siente lastimando su alma. Formas de servicio . Consolando el dolor ajeno, logra acallar momentáneamente su propia desesperación; aligerando la carga de los que sufren, siente que su propia vida es necesaria para sus hermanos; en la mirada de los niños o de los ancianos, escucha las voces pidiendo a gritos un poco de amor; en los enfermos desahuciados, tras las pobres vestiduras de los que mendigan en la calle escucha un...
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Mostrando entradas de octubre 23, 2011
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EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO Habíamos estado hablando sobre la necesidad de reconocimiento y valoración. Jorge me había explicado la teoría de Maslow sobre las necesidades crecientes. Todos necesitamos el respeto y la estima del afuera para poder construir nuestra autoestima. Yo me quejaba por entonces de no recibir la aceptación franca de mis padres, de no ser el compañero elegido de mis amigos, de no poder lograr el reconocimiento en mi trabajo. —Hay una vieja historia— dijo el gordo, mientras me pasaba la pava para que yo cebara— de un joven que concurrió a un sabio en busca de ayuda. Su problema me hace acordar al tuyo. —Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro, sin mirarlo, le dijo: —Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...
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EL LADRILLO BOOMERANG Aquel día yo venía muy enojado. Estaba fastidioso y todo me molestaba. Mi actitud en el consultorio era quejosa y poco productiva. Detestaba todo lo que hacía y tenía. Pero sobre todo, estaba enojado conmigo. Aquel día sentía que no podía soportar “ser yo mismo”. —Soy un tonto— dije (o me dije)— Un reverendo imbécil... Creo que me odio. —Te odia la mitad de la población de este consultorio. La otra mitad te va a contar un cuento. Había un tipo que andaba por el mundo con un ladrillo en la mano. Había decidido que a cada persona que lo molestara hasta hacerlo rabiar, le tiraría un ladrillazo. Método un poco troglodita pero que parecía efectivo, ¿no? Sucedió que se cruzó con un prepotente amigo que le contestó mal. Fiel a su designio, el tipo agarró el ladrillo y se lo tiró. No recuerdo si le pegó o no. Pero el caso es que después, al ir a buscar el ladrillo, esto le pareció incómodo. Decidió mejorar el “sistema de autopreservación a ladrillo”, como él lo llamaba:...
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LA TETA O LA LECHE Jorge no contaba cuentos todas las sesiones, pero por alguna razón tengo muy presente casi todos los relatos que me contó en el año y medio que hice terapia con él. Quizás él estaba en lo cierto y esa era la mejor manera de recorrer un aprendizaje. Me acuerdo aquel día en que le dije que me sentía muy dependiente de él. Le conté cuánto me molestaba y cómo a la vez no podía prescindir de lo que recibía de él. La suma de admiración y amor que sentía me parecía que me dejaban muy depositado en el hecho terapéutico y demasiado pendiente de la mirada de Jorge. Tú tienes hambre de saber hambre de crecer hambre de conocer hambre de volar... Puede ser que hoy yo sea la teta que da la leche que aplaca tu hambre... Me parece bárbaro que hoy quieras esta teta. Pero no te olvides: No es la teta lo que te sirve... ¡Es la leche!. Recuentos para Demián (Los cuentos que contaba mi analista) Jorge Bucay
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FACTOR COMÚN Cuando llegué por primera vez al consultorio de Jorge, sabía que no iba a ver a un analista convencional. Claudia, que me lo había recomendado, me avisó que “El Gordo” –como ella lo llamaba— era un tipo “un poco especial” (sic). Yo ya estaba harto de las terapias convencionales, y sobre todo de algunos años aburridos en un diván psicoanalítico. Así que llamé y pedí una hora. La primera impresión superaba todos los cálculos. Era una calurosa tarde de noviembre; yo había llegado cinco minutos antes y esperaba abajo, en la puerta de su edificio, que fuera la hora exacta. A las cuatro y media en punto toqué timbre, el portero eléctrico sonó, empujé la puerta y subí al noveno. Esperé en el pasillo. Esperé. ¡Y esperé! Y cuando me cansé de esperar, toqué timbre en la puerta del departamento. Me abrió la puerta un tipo que a primera vista parecía vestido para irse de picnic: estaba en vaqueros, zapatillas de tenis y una remera de color naranja rabioso. —Hola –me dijo y su sonri...
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EL ELEFANTE ENCADENADO —No puedo –le dije— ¡NO PUEDO! —¿Seguro? –me preguntó el gordo. —Sí, nada me gustaría más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento... pero sé que no puedo. El gordo se sentó a lo Buda en esos horribles sillones azules de consultorio, se sonrió, me miró a los ojos y bajando la voz (cosa que hacía cada vez que quería ser escuchado atentamente), me dijo: —¿Me permites que te cuente algo? Y mi silencio fue suficiente respuesta. Jorge empezó a contar: Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la es...
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Genealogía del Hombre de Annie Besant ______________________________________________________________ PREFACIO Al mandar estas conferencias a los estudiantes de Teosofía, deseo advertirles que no tienen la pretensión de ser una exposición más “autorizada" que la de los demás libros que han salido de mi pluma,: Quizás podrá parecer superfluo que repita una advertencia que con tanta frecuencia he hecho; pero la tendencia a considerar la simple labor de una estudiante como una enseñanza autorizada se repite una y otra vez, y de aquí la necesidad de repetir lo que tantas veces se ha dicho. En estas conferencias trato un asunto sumamente complicado y difícil. Además, no he tenido la oportunidad de consultar con nadie acerca de la exactitud de las observaciones hechas, por medio de las cuales he llenado los vacíos que se observan en la serie de hechos que nos dejó H. P. B. De aquí que estas conferencias solo sean las observaciones todavía no demostradas de una simple estudiante, llevada...
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SÓLO EL AMOR ES REAL BRIAN WEISS SÓLO EL AMOR ES REAL (Brian Weiss) Nuestra tarea es aprender, llegar a ser divinos a través del conocimiento. Sabemos tan pocas cosas… Gracias al conocimiento nos acercamos a Dios, y entonces podemos descansar. Después volvemos para enseñar y ayudar a los demás . Prólogo He recorrido un largo camino desde el día en que me di cuenta de que la vida humana es algo más maravilloso y más profundo de lo que me había hecho creer mi rigurosa formación médica. Cuando conocí a Catherine, la paciente cuya historia se cuenta en mi primer libro, “Muchas vidas, muchos maestros”, ya había publicado varias decenas de trabajos científicos y adquirido reconocimiento internacional. Con ella entré en contacto, en forma repentina y sorprendente, con lo espiritual. De modo inexplicable, Catherine empezó a revivir lo que parecían recuerdos de vidas anteriores. Y lo que es más, todos sus síntomas clínicos mejoraron a través de ese proceso de regresión. Empecé a descubri...