LA CIENCIA DE LA MEDITACION
METODOS Y MEDITACION
LAS TECNICAS SON UTILES

Las técnicas son útiles porque son científicas. Te evitan andar errando innecesariamente, de andar a tientas sin sentido; si no conocés ninguna técnica va a llevarte mucho tiempo.
Con un Maestro y técnicas científicas, podés ahorrarte mucho tiempo, aprovechar oportunidades y energía. Y, aveces, en unos cuantos segundos podés crecer tanto que ni en varias vidas lo habrías podido lograr…Si se usa la técnica acertada, el crecimiento es explosivo. Y estas técnicas se usaron en miles de años de experimentos. No las creó un solo hombre; las crearon muchos, muchos buscadores y acá se da la esencia solamente. Vas a llegar a la meta porque la energía vital adentro tuyo se va a mover. A no ser que llegue el punto donde no sea posible ningún movimiento, se va a mover hasta la cumbre más elevada. Y por eso uno sigue naciendo una y otra vez.
Si lo intentás por tu cuenta vas a llegar pero vas a tener que viajar muy, muy lejos y el viaje va a ser muy tedioso y aburrido...
Todas las técnicas pueden ser útiles, pero no son exactamente la meditación; son un andar a tientas en la oscuridad. De repente, un día, haciendo algo, te convertís en el espectador. Haciendo una meditación como la dinámica, la kundalini o la whirling. De repente, un día la meditación va a seguir pero vos no vas a estar identificado. Vas a estar atrás silenciosamente, lo vas a observar. Ese día sucedió la meditación; ese día la técnica ya no es un obstáculo, ya no es una ayuda. Podés disfrutarla si te gusta, como un ejercicio; te da cierta vitalidad...
Meditación es presenciar. Meditar significa volverse un espectador.
¡La meditación no es una técnica en absoluto!
Esto va a resultarte muy confuso porque yo te voy dando técnicas. En última instancia, la meditación no es una técnica; la meditación es una comprensión, es conciencia. Pero necesitás técnicas porque esa comprensión final está muy lejos tuyo. En este preciso momento la podés tener, pero no la vas a tener porque tu mente sigue. Este preciso momento es posible y sin embargo, imposible…
Las técnicas van a tender un puente sobre la brecha; están solamente para tender un puente sobre la brecha.
Entonces, al principio, las técnicas son meditaciones. Al final, vas a reirte: las técnicas no son la meditación. La meditación es una cualidad de ser totalmente distinta…No tiene nada que ver con nada. Pero va a pasar recién al final; no pienses al principio que ya pasó porque sino la brecha no se va a poder unir
.
EMPEZA CON ESFUERZO

Las técnicas de meditación son acciones porque se te aconseja que hagas algo. Incluso meditar es hacer algo; incluso sentarse en silencio es hacer algo; incluso no hacer nada es una forma de hacer. Entonces, en un sentido superficial, todas las técnicas de meditación son acciones, pero en un sentido más profundo, no, porque si tenés éxito, el hacer desaparece. Solamente al principio parece ser un esfuerzo. Si te sale bien, el esfuerzo desaparece y toda la cosa se vuelve algo espontáneo y sin esfuerzo. Entonces no se requiere ningún esfuerzo de tu parte: llega a ser algo así como la respiración; está ahí. Pero al principio va a haber esfuerzo porque la mente no puede hacer otra cosa que esfuerzo. Si le decís que no haga esfuerzos, todo eso le va a parecer absurdo.
En el Zen, donde se pone mucho énfasis en lo “sin esfuerzo”, los maestros le dicen a los discípulos:
“Solamente sentáte… no hagas nada”.
Y el discípulo lo intenta. Por supuesto, ¿Qué otra cosa podés hacer excepto intentar? Al principio va a tener que haber esfuerzo. El “hacer” va a estar ahí, pero solamente al principio como un mal necesario.
Tenés que acordarte constantemente de que tenés que ir más allá. Tiene que llegar el momento en que no hagas nada por la meditación; simplemente siendo y sucede, simplemente sentado o parado y ocurre. Sin hacer nada, solamente siendo conciente, pasa…
Todas estas técnicas están nada más que para ayudarte a llegar a un momento “sin esfuerzo”.
La transformación interna, la comprensión interna no puede suceder mediante el esfuerzo porque el esfuerzo es una especie de tensión. Con esfuerzo no podés relajarte del todo; el esfuerzo se va a volver una barrera.
Teniendo esto presente como antecedente, aunque hagas esfuerzo, de a poco vas a ser capaz de
abandonarlo también…

SON METODOS SIMPLES

Cada uno de los métodos que vamos a discutir acá lo dio alguien que arribó.
Acordáte de esto: van a parecerte demasiado simples. Y lo son.
Para nuestras mentes, las cosas que son muy fáciles no son atractivas. Porque si las técnicas son tan simples y la morada tan cercana, si ya estás en ella y está tan cerca el hogar, vos mismo vas a verte ridículo.
Entonces, ¿Por qué es tan alusivo? En vez de sentir lo ridículo de tu propio ego vas a pensar que esos métodos tan simples no pueden ser útiles. Ese es el engaño. Tu mente va a decirte que esos métodos tan sencillos no pueden ser útiles -que son tan simples que no pueden lograr nada…
- “Para llegar a la Existencia Divina, para alcanzar lo Absoluto y lo Supremo… ¿Cómo van a poder usarse métodos tan simples...?”
Tu ego va a decirte que no pueden ser útiles.
Acordáte una cosa: el ego siempre se interesa por lo difícil, porque cuando algo es difícil hay un reto; si podés vencer la dificultad, tu ego se va a sentir satisfecho. El ego nunca se siente atraído hacia algo simple -¡Nunca! Si le querés dar un reto a tu ego vas a tener que ingeniarte algo difícil. Si es algo simple no hay atractivo porque incluso si lo conquistás no va a haber satisfacción del ego…primero que no había nada que conquistar; la cosa era tan simple…El ego pide dificultades -algún obstáculo para sortear, alguna cima para conquistar…y cuanto más difícil sea la cima, más tranquilo se va a sentir tu ego. Como estas técnicas son tan fáciles, no van a tener ningún atractivo para tu mente. Acordáte: todo lo que atraiga a tu ego no puede ayudarte en tu crecimiento espiritual.
Estas técnicas son tan fáciles que podés alcanzar todo lo que le es posible a la conciencia humana, en cualquier momento que decidas alcanzarlo...

PRIMERO, ENTENDE LA TECNICA

Escuché una historia sobre un doctor anciano. Un día su ayudante lo llamó por teléfono porque tenía un gran problema: su paciente se iba a morir atragantado; tenía una bola de billar atascada en la garganta y el ayudante estaba perdido sin saber qué hacer. Entonces, le preguntó al doctor anciano:
- “¿Qué tengo que hacer ahora?”
El doctor le dijo:
-“Hacéle cosquillas con una pluma.”
Al rato, llama el asistente muy contento y le dice:
-“¡Tu tratamiento fue maravilloso! El paciente se empezó a reir y escupió la bola… pero, decime: ¿dónde aprendiste esa técnica tan notable?”
El doctor le dijo:
-“Acabo de inventarla. Mi lema siempre fue: ‘cuando no sepas qué hacer, hacé algo...’”.
Pero esto no va a servir con la meditación. Si no sabés qué hacer, no hagas nada. La mente es muy intrincada, compleja, delicada. Si no sabés qué hacer es mejor no hacer nada, porque cualquier cosa que hagas sin saber, va a crear más complicaciones que las que podés llegar a resolver. Hasta puede resultar fatal, hasta puede resultar suicida si no sabés nada de la mente -y la verdad es que no sabés nada de ella…-
Mente es una palabra nada más. Vos no conocés su complejidad. La mente es la cosa más compleja que existe; no hay nada que se le compare…y también es la más delicada; podés destruirla, podés hacer algo que después no se pueda deshacer...
Estas técnicas se basan en un conocimiento muy profundo, en un encuentro muy profundo con la mente humana. Cada técnica se basa en una larga experimentación. Así que acordate de esto: no hagas nada por tu cuenta y no mezcles dos técnicas porque funcionan de diferente manera, sus bases son diferentes. Llevan al mismo fin pero como medios son totalmente diferentes. A veces, incluso pueden ser diametralmente opuestas…¡entonces no mezcles dos técnicas! En realidad, no mezcles nada; usa la técnica tal cual se te dá.
No la cambies ni la mejores -porque igual no la podés mejorar y cualquier cambio que hagas va a ser fatal. Y antes de empezar a practicar una técnica, estáte completamente alerta de que la entendiste; si te sentís confundido y no sabés realmente cómo es la técnica, es mejor no hacerla, porque cada técnica está para producir una revolución en vos.
Primero tratá de entender la técnica en la forma absolutamente correcta. Cuando la entiendas, recién entonces, probála. Y no apliques el lema del doctor anciano de hacer algo cuando no sepas que hacer; no, no hagas nada; no hacer nada va a ser más beneficioso.

SI UN METODO ENCAJA, ESTÁ BIEN

En realidad, cuando pruebes el método apropiado vas a notar que encaja inmediatamente, por eso te voy a ir hablando de métodos todos los días. Vos probálos, jugá con ellos: andá a casa y probá. Cuando encuentres el método apropiado, va a encajar solo; explota algo adentro tuyo y sabés que:

‘Este es el método apropiado para mí’.
Pero se necesita esfuerzo, y puede ser que te sorprendas cuando, un día, de repente, te posea un método a vos.
Observé que mientras jugás tu mente está más abierta; cuando estás serio tu mente no está tan abierta, se cierra; entonces, jugá, no seas demasiado serio…jugá simplemente. Y estos métodos son fáciles, podés jugar con ellos fácilmente.
Tomá un método: jugá con él por tres días como mínimo; si te da cierto sentimiento de afinidad, si te da cierta sensación de bienestar, si te da cierta sensación de que es para vos, entonces sí, se serio con él; olvidáte de los otros; no juegues más con los otros métodos. Seguí con él por tres meses por lo menos.
¡Los milagros son posibles! Lo único que necesitás es encontrar tu técnica. Si la técnica no es para vos, entonces no pasa nada. Podés seguir con ella durante vidas pero no va a pasar nada. Si el método es para vos, tres minutos nada más son suficientes.

CUÁNDO DEJAR EL METODO

Todos los grandes Maestros dicen:
“Un día tendrás que dejar el método...”
Y, cuanto antes lo hagas, mejor. En el momento en que arribes, en el momento en que la conciencia se libere en vos, dejá el método inmediatamente.
Buddha solía contar una historia una y otra vez: cinco idiotas pasaban por un pueblo. Al verlos, la gente se sorprendía porque cargaban un bote sobre sus cabezas. El bote era tan grande que casi se estaban muriendo bajo su peso; y la gente les preguntaba:
-“¿Qué están haciendo?”
Ellos decían:
-“No podemos dejar este bote... Este es el bote que nos ayudó a cruzar de la otra orilla a ésta, ¿cómo lo vamos a dejar? Gracias a él estamos acá, sin él nos habríamos muerto en la otra orilla... Se hacía de noche, había animales salvajes y era absolutamente seguro que, antes del amanecer nos habríamos muerto. Nunca vamos a dejar este bote. Le vamos a quedar eternamente agradecidos. Lo vamos a llevar sobre nuestras cabezas por pura gratitud...”
Los métodos son peligrosos únicamente si sos inconsciente, si no, pueden usarse bellamente. ¿Creés que un bote puede ser peligroso? Es peligroso si pensás llevarlo en tu cabeza por el resto de tu vida por pura gratitud, si no, no es más que un bote que se usa y se descarta, se usa y se abandona, se usa y no se lo vuelve a mirar nunca más. ¡No hay necesidad, no tiene sentido!
Si dejás el remedio, vas a empezar a asentarte en tu ser automáticamente. La mente se aferra, no te deja nunca descansar en tu ser; te mantiene interesado en lo que no sos: los botes.
Cuando no te aferrás a nada, no hay adonde ir; se abandonaron todos los botes, no podés irte a ninguna parte; todos los caminos quedaron atrás, no podés irte a ningún lugar, los sueños y deseos desaparecieron, ya no podés moverte. La relajación llega por sí sola...
Pensá en la palabra relajación…sé, sedimentáte…ya llegaste a casa…Por un momento es todo fragancia y al rato lo buscás y no podés encontrarlo ¿Dónde se fue? Al principio, van a haber vislumbres, nada más…lenta, lentamente, se van a ir haciendo cada vez más sólidos, van a permanecer cada vez más y más…lenta, lenta, muy lentamente, se van a arraigar para siempre…Antes de eso, no podés darlo por logrado, eso sería un error…
Cuando te sientes a meditar en una sesión de meditación va a pasar esto pero se va a ir, entonces, ¿qué vas a hacer entre sesión y sesión? Entre sesión y sesión, seguí usando el método y dejálo cuando estás en meditación profunda. Al ir haciéndose cada vez más pura la conciencia, llega un momento en que de repente es totalmente pura: dejá el método, abandoná el método; olvidáte del método totalmente, asentáte en vos y sé…Pero al principio esto va a pasar por momentos; a veces pasa acá, mientras me escuchás…por un momento sos transportado, como una brisa, a otro mundo, al mundo de la no-mente…nada más que por un momento, sabés que sabés…pero nada más que por un momento y de nuevo se acumula la oscuridad y vuelve la mente con todos sus sueños, con todos sus deseos y todas sus estupideces…Por un momento se despejó el cielo y viste el sol; ahora vuelven las nubes otra vez, se oscurece todo y desaparece el sol; ahora hasta creer que el sol existe va a ser difícil…pudo haber sido una fantasía. La mente puede decirte que pudo haber sido sólo tu imaginación. Es tan increíble…parece tan imposible que te haya podido pasar a vos…
Con toda esa estupidez en la mente, con todas estas nubes y esta oscuridad, te pasó: por un momento viste el sol. No parece probable; lo debés haber imaginado…quizás te quedaste dormido y lo viste en un sueño…
Entre sesiones, volvé a empezar de nuevo; entrá en el bote, usá el bote otra vez…

LA IMAGINACION PUEDE TRABAJAR PARA VOS

Primero tenés que entender qué es la imaginación. Hoy en día es muy condenada. Desde el momento en que escuchás la palabra ‘imaginate’, vas a decir que no sirve. Queremos algo real, no imaginario. Pero la

imaginación es una realidad; es una capacidad, una potencialidad adentro tuyo. Podés imaginar; ésta capacidad es una realidad; mediante ésta imaginación podés destruirte o crearte a vos mismo, eso depende de vos. La imaginación es muy poderosa; es poder potencial...
¿Qué es la imaginación? es tomar una actitud de manera tan profunda que la misma actitud se vuelve real.
Por ejemplo, debés haber escuchado de una técnica que se usa en el Tíbet; la llaman calor-yoga: la noche es fría, cae la nieve y el lama tibetano está desnudo bajo el cielo abierto. La temperatura es bajo cero, te empezarías a morir, te congelarías…pero el lama practica una técnica particular: se imagina que su cuerpo es fuego ardiente y que está transpirando…-es tanto el calor que está transpirando. Y empieza a transpirar de verdad, aunque esté bajo cero la temperatura y se le tendría que congelar hasta la sangre…¿Qué está pasando? Ésta transpiración es real; el cuerpo está caliente de verdad -pero ésta realidad la creó con la imaginación…
Una vez que te sintonizás con tu imaginación, empieza a funcionar el cuerpo. Vos ya estás haciendo muchas cosas sin saber que es tu imaginación la que está funcionando. Muchas veces creás enfermedades solamente con tu imaginación; te imaginás que ahora tenés esta enfermedad infecciosa; que está por todas partes…te hiciste receptivo. Ahora existen todas las posibilidades de que caigas enfermo -y esa enfermedad es real, pero fué creada con tu imaginación. La imaginación es una fuerza, una energía y la mente se mueve mediante ella; y cuando la mente se mueve mediante ella el cuerpo la sigue.
Esta es la diferencia entre la tradición tántrica y la hipnosis occidental: los partidarios de la hipnosis piensan que mediante la imaginación creás algo, en cambio el Tantra dice que no lo creás, que al imaginarte lo único que hacés es sintonizar con algo que ya estaba ahí. Cualquier otra cosa que crees con la imaginación no puede ser permanente; si no es una realidad, entonces es falso, irreal y estás creando una alucinación…

SUGERENCIAS PARA PRINCIPIANTES
ESPACIO SUFICIENTE:

Cuando trates de meditar, descolgá el teléfono, desconectáte de todo. Poné un cartel en la puerta que diga que no te tienen que interrumpir por una hora, que estás meditando. Y cuando entres a la habitación de meditación, sacáte los zapatos porque estás caminando en terreno sagrado.
No te saques solamente los zapatos, sacáte todas tus preocupaciones también. Dejá todo junto a los zapatos concientemente; entrá desocupado.
Uno puede tomarse una hora de las veinticuatro; dejá veintitrés horas para tus pensamientos, deseos, trabajo, ambiciones, proyecciones; quitále una hora a todo eso y al final vas a darte cuenta que esa hora fue la única hora real de tu vida; las restantes veintitrés fueron un desperdicio, nada más…esa es la única hora que se salvó, el resto se fue por el desagüe...

EL LUGAR ADECUADO:

Encontrá un lugar que propicie la meditación; por ejemplo sentarse abajo de un árbol va a ser bueno. En lugar de ir a sentarse enfrente de un cine o ir a la estación del tren y sentarte en el andén, andá a la naturaleza, a las montañas, a los árboles, a los ríos donde todavía fluye el Tao…vibra, late, fluye por todas partes...
Los árboles están en meditación constantemente; su meditación es inconsciente, silenciosa…no digo que te vuelvas un árbol…¡Tenés que llegar a ser un Buda! Pero Buddha tiene algo en común con el árbol: es tan brillante como el árbol, tan lleno de savia y tan festivo como él… -con una diferencia, por supuesto: él es conciente; el árbol es inconsciente; el árbol está en el Tao, pero inconscientemente…el Buddha está en el Tao, pero conscientemente; hay una gran diferencia; la diferencia entre la tierra y el cielo...
Pero si te sentás al lado de un árbol, rodeado de pájaros hermosos cantando o de un pavo real bailando o simplemente al lado de un río fluyendo y el sonido del agua que corre o de una cascada y su gran música... Encontrá un lugar donde la naturaleza no haya sido perturbada ni contaminada todavía; si no podés encontrar un lugar así, entonces simplemente cerrá la puerta y sentate en tu propio cuarto.
Si podés, tené una sala especial para meditación en tu casa; un rincón pequeño va a ser suficiente, pero que sea especialmente para meditar... ¿Por qué? Porque cada clase de acto crea su propia vibración; si en ese lugar solamente meditás, ese lugar llega a ser meditativo.
Cada día que meditás absorbe tu vibración de la meditación; cuando volvés al otro día, empiezan a caer esas mismas vibraciones sobre vos…te ayudan, hay reciprocidad, te devuelven esa energía, te responden...
Cuando alguien se convierte en meditador, puede meditar frente a un cine o en la estación de tren…Durante quince años estuve continuamente viajando por todo el país; un día tras otro, año tras año; siempre en tren, en avión o en auto…Para mí no había diferencia; una vez que te arraigaste realmente en tu ser no te perturba nada…pero para el principiante esto no es así...
Cuando el árbol se arraigó no importa que vengan los vientos y las lluvias, ni que truenen las nubes; está todo bien, le dan integridad al árbol; pero cuando el árbol es pequeño, tierno, hasta un niño es peligroso e incluso una vaca que pasa lo puede destruir…

PONETE COMODO:

La postura tiene que permitirte olvidarte de tu cuerpo. ¿Qué es estar cómodo? Estás cómodo cuando te olvidás de tu cuerpo; cuando te acordás de tu cuerpo constantemente estás incómodo…
Aunque estés sentado en una silla o en el suelo, no importa; ponete cómodo, porque si no te sentís cómodo con tu cuerpo no podés aspirar a las bendiciones que pertenecen a niveles más profundos…Si falla el primer nivel, se cierran los que le siguen. Si realmente querés estar bien empezá a estar bien desde el principio mismo. La comodidad del cuerpo es una necesidad básica para cualquiera que aspire a conocer el éxtasis interior…

EMPEZA CON CATARSIS:

Nunca le digo a la gente que empiece sentándose; empezá por donde te sea más fácil, sino, vas a empezar a sentir muchas cosas innecesariamente…-cosas que ni siquiera existen…
Si empezás tratando de quedarte sentado, vas a sentir una gran inquietud adentro tuyo y cuanto más trates de quedarte quieto, más inquieto vas a sentirte. Lo único que vas a lograr es darte cuenta de la locura de tu mente y nada más; esto va a deprimirte; vas a sentirte frustrado, no vas a sentirte bien…Es más, vas a sentir que estás loco…¡y a veces podés volverte loco en serio!
Si hacés un esfuerzo sincero para quedarte sentado sin hacer nada, podés volverte loco de verdad. La locura no se da más seguido porque la gente no lo intenta con sinceridad, nada más que por eso.
Quedándote sentado, llega un momento en el que te das cuenta de que hay tanta locura adentro tuyo, que si sos sincero y seguís, realmente podés volverte loco. Eso pasó tantas veces…Por eso nunca sugiero nada que pueda crear frustración, depresión, tristeza…nada que te deje tomar demasiada conciencia de tu locura.
Por ahí no estés preparado para tomar conciencia de toda la locura que hay adentro tuyo…Te tienen que dejar conocer ciertas cosas gradualmente; el saber no siempre es bueno; tiene que desplegarse lentamente, a medida que crece tu capacidad de absorberlo.
Yo empiezo por tu locura en vez de decirte que te sientes; yo permito tu locura. Si bailás demencialmente, adentro tuyo pasa lo opuesto. Con una danza loca te empezás a dar cuenta que hay un punto silencioso adentro tuyo. En cambio, sentado en silencio empezás a ver tu locura. Lo opuesto siempre es el foco de conciencia. Al bailar descontroladamente, caóticamente, con llanto, con respiración caótica, dejo que se exprese tu locura; después, empezás a tomar conciencia de un punto sutil, de un punto profundo adentro tuyo que es silencioso y quieto, que contrasta con la locura de la periferia…¡vas a sentirte muy alegre! En tu centro hay un silencio interno, pero si empezás sentándote, el punto interior es el de la locura; en el exterior estás silencioso, pero por dentro estás loco…
Si empezás con algo activo -algo positivo, con vida, con movimiento- ,va a ser mejor. Entonces vas a empezar a sentir una cierta quietud interior que crece; cuanto más crezca, más posible va a ser que tomes una posición sentado o acostado -las meditaciones más silenciosas van a ser posibles, pero en ese momento las cosas van a ser diferentes, muy diferentes…
Una meditación que empieza con movimiento y acción, va a ayudarte también en otras formas; se vuelve una catarsis. Si solamente te sentás, te sentís frustrado; tu mente se quiere mover y vos estás sentado; se agita cada músculo, cada nervio. Estás tratando de forzar algo en vos que no es natural, así te dividís entre el que hace fuerza y el que es forzado; y la parte que está siendo forzada, reprimida, es realmente la más auténtica; es una parte de la mente mayor que la parte que está reprimiendo, y la parte mayor tiene que ganar.
Lo que reprimís, en realidad se tiene que expulsar; se convirtió en un cúmulo adentro tuyo porque lo estuviste reprimiendo constantemente. Toda la crianza, la educación, la civilización, son represivas.
Estuviste reprimiendo muchas cosas que hubieras podido desechar fácilmente con una educación diferente, con una educación más conciente, con padres más conscientes.
Con una conciencia mejor de los mecanismos internos de la mente, la cultura te habría dejado descartar muchas cosas. Por ejemplo, cuando se enoja un niño le decimos: “no te enojes”. Entonces, empieza a reprimir su enojo. De a poco, algo que es momentáneo, pasa a ser permanente, entonces no va a actuar enojado, se va a quedar enojado. Acumulamos mucho enojo de lo que eran cosas pasajeras. Nadie puede estar enojado continuamente, a no ser que lo hayan reprimido. El enojo es algo momentáneo que va y viene; si lo expresás, ya no estás más enojado. Por mi parte, yo dejaría que el niño se enoje más auténticamente. Tené rabia pero entrá en ella profundamente, no la reprimas. Va a haber problemas, por supuesto…
Si decimos: “enojate”, ese enojo va a ser “en contra” de alguien; pero un niño puede moldearse; podés darle una almohada y decirle:
“¡Enojate con la almohada! ¡sé violento con ella!”.
Desde un principio puede criarse al niño de tal manera que se desvíe su rabia. Se le puede dar algún objeto para que lo tire hasta que desaparezca su rabia; en minutos, es más, en segundos se disipa su enojo en vez de acumularlo.
Vos venís acumulando rabia, sexo, violencia, codicia…-todo. Ahora, esta acumulación es una locura adentro tuyo. Está ahí, en tu interior. Si empezás con una meditación represiva (por ejemplo, sentándote), estás reprimiendo todo esto, no estás dejando que se libere. Por eso empiezo con una catarsis; primero, dejo que tires todas tus represiones al viento y cuando podés tirar tu rabia al viento, empezás a madurar. Si no puedo ser amable estando solo, si únicamente puedo ser amoroso con la persona que amo es porque todavía no estoy maduro; estoy dependiendo de alguien hasta para ser amable…tiene que haber alguien, recién ahí puedo ser amable o amoroso.

 Ese amor va a ser algo muy superficial; no es mi naturaleza. Si estoy solo en mi habitación y no puedo ser amoroso en absoluto es porque la cualidad de amor no llegó a lo profundo, todavía no llegó a formar parte de mi ser . Al hacerte menos y menos dependiente, te hacés más y más maduro. Si podés enojarte a solas, sos más maduro; no necesitás ningún objeto para estar enojado.
Por eso, al principio hago de la catarsis un prerrequisito; tenés que tirar todo al aire, al espacio abierto, sin estar conciente de ningún objeto. Enojate sin la persona con quien te gustaría enojarte; llorá sin motivo, reíte; reíte sin que haya nada de qué. Entonces, podés tirar toda la cosa acumulada, y una vez que conocés el camino te sacás todo el pasado de encima…En un rato podés descargar toda tu vida; varias vidas.Si estás listo para tirar todo, si podés dejar que salga toda tu locura en unos momentos se limpia todo profundamente. Ahora estás limpio, fresco, inocente; sos un niño otra vez. Ahora en tu inocencia, podés meditar sentado, acostado o como quieras, porque ahora no hay un loco adentro que te perturbe…
El primer paso tiene que ser la limpieza, con una catarsis; porque con ejercicios respiratorios solamente o sentándote solamente, practicando asanas o posturas de yoga, lo único que hacés es reprimir. Y pasa algo muy extraño: cuando dejaste que se expulse todo, el hecho de ‘sentarse’ viene solo. Los asanas se van a dar por si solos, va a ser espontáneo…
Empezá con catarsis y va a poder florecer algo bueno adentro tuyo; va a tener una cualidad diferente, una belleza diferente, totalmente diferente: va a ser auténtica. Cuando el silencio viene a vos, cuando desciende sobre vos, no es algo falso, no lo estuviste cultivando, solamente desciende sobre vos, te pasa…Empezás a sentir que crece adentro tuyo, como siente una madre que crece su niño…
Cuando yo mismo coordinaba los campamentos de meditación, usaba un método donde cada tarde todos los participantes se sentaban juntos y se les dejaba hacer lo que quisieran, sin restricciones, excepto interferir en el trabajo del otro. Podían decir lo que quisieran; si tenían ganas de llorar, podían llorar, si querían reírse podían reírse…-¡y eran mil personas! ¡era una escena tan cómica!…Gente que nunca te la hubieras imaginado… -gente seria- ¡haciendo cosas tan estúpidas!
Algunos hacían muecas, sacaban la lengua…¡y uno de estos era un comisario de la policía!
No me puedo olvidar de un hombre que todos los días se sentaba enfrente mío; un hombre de Almedabad, muy rico…y como su negocio era en la Bolsa de valores,se la pasaba todo el tiempo en el teléfono. Cada vez que empezaba la meditación, que duraba una hora, a los dos minutos agarraba el teléfono, marcaba un número y decía…
-“¡Aló!…”
y por su cara parecía que le contestaban algo y decía:
-“¡comprá!”
Esto seguía por una hora; llamaba una, dos, tres veces acá y allá y cada tanto me miraba sonriendo y me decía:
-“¡qué estupidez estoy haciendo!”
pero yo tenía que mantenerme completamente serio, jamás le devolví la sonrisa. Entonces, de vuelta empezaba a hacer llamadas y comentaba:
-“…acá nadie se dio cuenta…cada uno está en lo suyo”
¡Mil personas haciendo tantas cosas y todas estas cosas estaban pasando continuamente en sus mentes!
Esa era una gran oportunidad para sacarlas…¡era tal drama!
Jayantibhai solía estar a cargo del campamento en Monte Abu y uno de sus amigos más íntimos se sacó toda la ropa…¡nos sorprendió de verdad!…¡Jayantibhai estaba al lado mío y no lo podía creer! Ese hombre era muy serio, muy rico, ¿qué hacía desnudo frente a mil personas? Y después empezó a empujar el auto en el que yo había ido…-era el auto de Jayantibhai. Estábamos en las montañas y justo adelante nuestro había un precipicio de trescientos metros…¡y él desnudo empujando el auto!
Jayantibhai me preguntó:
-“¿Qué hay que hacer? Va a destruir el auto, y jamás pensé que este hombre estuviese en contra del auto…somos amigos íntimos…”
Entonces le dije:
-“Vos empujá del otro lado, porque sino…”
El trataba de frenar el auto y su amigo saltando alrededor gritando:
- “¡Fuera del camino! ¡siempre odié este auto!”
…-porque él no tenía un auto importado y éste era uno importado; Jayantibhai lo guardaba para mí. Yo iba tres o cuatro veces al año a Monte Abu y él reservaba ese auto nada más que para mí…Su amigo debe haber sentido envidia por no tener un auto importado; después, al ver la situación, varias personas corrieron a ayudar. Al ver que tanta gente lo frenaba, se trepó a un árbol para protestar justo enfrente mío. Se sentó, desnudo, en la copa del árbol y lo empezó a sacudir…El peligro era que se caiga con árbol y todo encima de la gente. Jayantibhai me preguntó:
-“Y ahora, ¿qué hacemos?”
Le dije:
-“Es tu amigo, dejálo, no te preocupes; hacé que la gente se ponga a salvo y dejálo que haga lo que quiera…El auto ya lo dejó, ahora a lo sumo va a tener fracturas múltiples…”
Mientras la gente se iba, él se calmaba. Se sentó en el árbol en silencio; incluso, cuando la meditación ya
había terminado, él seguía ahí arriba sentado y Jayantibhai le dijo:
-“Bajáte; la meditación ya terminó…”

Miró a su alrededor como si se hubiera despertado de un sueño y se dio cuenta que estaba desnudo; bajó del árbol de un salto, corrió a vestirse y dijo:
-“Pero, ¿qué me pasó?”
A la noche me vino a ver y dijo:
-“¡Esa fue una meditación peligrosa! ¡me pude haber matado o pude haber matado a otro!…¡pude haber destruido el auto y soy un gran amigo de Jayantibhai y jamás se me hubiera ocurrido!…aunque claro que esa idea debe haber estado en mí…En realidad, odiaba la idea de que siempre vinieras en su auto y que él tuviera un auto importado, pero no era algo conciente…¿y qué hacía arriba del árbol? Debería llevar mucha violencia en mí…Quería matarlos a todos…”
Esa meditación fue de una ayuda inmensa; la relajaba tanto a la gente que me decían:
“Parece como si me hubiese desaparecido una carga tremenda de mi cabeza…No estábamos conscientes de lo que llevábamos en la mente…”
Pero para tomar conciencia no había otra forma que la expresión ilimitada. Fue nada más que un pequeño experimento. Le dije a la gente que la siguieran, que pronto iban a alcanzar muchas otras cosas y que un día iban a llegar a un punto donde se agota todo; que se acuerden solamente de dos cosas: no interferir con nadie, no ser destructivo. Que pueden decir lo que quieran, gritar, insultar…y agotar todo lo que estuvieron coleccionando…
Pero este es un mundo extraño. El gobierno de Rajasthan sacó una resolución en su asamblea que prohibía los campamentos en Monte Abu porque se habían enterado de que pasaban todas estas cosas…-la gente, que está perfectamente bien, de
pronto se vuelve loca y empieza a hacer toda clase de cosas… -Pero los políticos de la asamblea no tienen ni la más mínima idea de la mente humana, de sus inhibiciones y de cómo drenarlas, cómo quemarlas…Tuve que parar esa meditación porque sino no me iban a dejar seguir con los campamentos en Monte Abu…

LINEAMIENTOS HACIA LA LIBERTAD
LOS TRES ESENCIALES

La meditación tiene algunas cosas esenciales. Cualquiera sea el método, son necesarias. El primer punto es un estado relajado: no pelear con la mente, no controlar la mente, no concentrarse. Segundo, presenciá lo que pase a tu alrededor con una conciencia relajada, sin ninguna interferencia -solamente mirando la mente, silenciosamente, sin ningún juicio, sin evaluación.
Estas son las tres cosas: relajación, observación, no juicio, y de a poco, desciende sobre vos un gran silencio; para todo el movimiento adentro tuyo. Sos, pero no está el sentimiento de “Yo soy” -solamente hay espacio puro.
Hay ciento doce métodos de meditación; hablé sobre cada uno de ellos. En lo único que se diferencian es en su constitución, porque en lo esencial son lo mismo: relajación, observación y una actitud de no juzgar.

SÉ JUGUETON

Millones de personas se pierden la posibilidad de meditar porque la meditación fue tomando una connotación errada. Parece demasiado seria, demasiado triste, que tiene algo de iglesia; pareciera como si fuera solamente para gente muerta, o casi muerta -lúgubres, serios, de caras largas, que perdieron festividad, diversión, alegría, celebración…
Las cualidades de la persona meditativa son: ser juguetón, tomar la vida como leela, un juego, como una diversión; gozarla tremendamente; no ser serio; estar relajado
.
TENÉ PACIENCIA

No te apures. Muchas veces el apuro causa retraso. Mientras lo anhelás, esperá pacientemente. Cuanto más profunda es la espera, más rápido llega.
Ya sembraste la semilla, ahora sentáte en la sombra y observá lo que pasa: la semilla se va a romper; va a florecer, pero no podés acelerar el proceso; ¿acaso no se necesita tiempo para todo? El trabajo tenés que hacerlo, pero dejále los resultados a Dios. En la vida jamás se pierde nada, en especial los pasos hacia la verdad.
Pero a veces viene la impaciencia: viene con la sed, pero es un obstáculo. Quedate con la sed y dejá la impaciencia. No confundas el anhelo con la impaciencia. Con el anhelo hay añoranza, pero no hay lucha; con la impaciencia hay lucha inquieta.
A la verdad no se la puede asaltar; se la consigue con la entrega, no con la lucha. Se la conquista con la rendición total.

NO BUSQUES RESULTADOS

El ego está orientado a los resultados, la mente siempre busca resultados; la mente jamás se interesa en el acto en sí, su interés está en el resultado:
“¿y qué gano con eso?”
Si la mente se las puede ingeniar para ganar algo sin ninguna acción, entonces va a elegir el camino más corto.
Por eso la gente educada se vuelve muy astuta, porque son capaces de encontrar el camino más corto. Si ganás plata por un medio legal, va a llevarte toda tu vida; pero si podés ganar plata con el contrabando, con el juego o con alguna otra cosa -llegando a ser un líder político, un primer ministro, un presidente- , entonces tenés a tu alcance todos los caminos más cortos. La persona educada se vuelve astuta; no se vuelve sabia; solamente se vuelve astuta. Se vuelve tan astuta que quiere tenerlo todo, sin tener que hacer nada.
La meditación le sucede solamente a quienes no están orientados a los resultados. La meditación es un estado de no estar orientado a ninguna meta.

DISFRUTA LA INCONSCIENCIA

Mientras estés conciente, disfrutá tu conciencia, y mientras estás inconsciente disfrutá tu inconsciencia. no tiene nada de malo, porque la inconsciencia es como un descanso, si no el estar conciente se convertiría en una tensión. Si estás despierto veinticuatro horas, ¿cuántos días creés que podés sobrevivir? Sin comida un hombre puede vivir tres meses; sin dormir, en tres semanas se va a volver loco y se va a querer suicidar…Durante el día estás alerta, durante la noche te relajás, y esa relajación te ayuda para que durante el día estés más alerta, fresco otra vez. Las energías pasaron por un período de descanso, entonces en la mañana están más vivas de nuevo.
Lo mismo pasa con la meditación: por unos momentos estás perfectamente conciente, en la cúspide, y por unos momentos estás en el valle, descansando. La conciencia desapareció, te olvidaste; pero, ¿qué hay de errado en eso?
Es simple: por medio de la inconsciencia, va a surgir la conciencia otra vez, fresca y joven. Y esto va a continuar. Si podés disfrutar de las dos, vas a llegar a ser el tercero y este es el punto que hay que entender; si podés disfrutar de ambas, quiere decir que no sos ninguna de las dos -ni conciencia, ni inconsciencia- sos el que puede disfrutar de ambas; te penetró algo del más allá.
De hecho, este es el verdadero espectador. La felicidad la disfrutás, ¿qué hay de malo en eso? Cuando la felicidad se fue y te pusiste triste, ¿qué tiene de malo la tristeza? Disfrutála. Una vez que seas capaz de disfrutar la tristeza, entonces no sos ninguna de las dos cosas.
Y te digo esto: si disfrutás la tristeza, va a tener su propia belleza. La felicidad es un poco hueca, se queda en la superficie. La tristeza es como una noche oscura, muy profunda. La oscuridad tiene su propio silencio y la tristeza también. La felicidad es burbujeante, tiene un sonido, es como un río en las montañas; se crea el sonido. Pero en las montañas un río nunca puede ser muy profundo; siempre es hueco. Cuando llega a la planicie, llega a ser profundo, pero ya no hay sonido.Avanza como sin moverse. La tristeza tiene su profundidad.
¿Por qué crear problemas? mientras estés feliz, estáte feliz, disfrutalo. No te identifiques con la felicidad; cuando digo que seas feliz, quiero decir que lo disfrutes. Dejá que sea como el clima, que pase y cambie. El amanecer se convierte en día, el día en atardecer y después viene la noche. Dejá que la felicidad sea el clima alrededor tuyo. Disfrutala, y cuando venga la tristeza, disfrutala también. Te estoy enseñando a gozar en cualquier caso. Sentáte en silencio y disfrutá la tristeza, y de repente, la tristeza ya no es más tristeza; se transformó en un momento de silencio y de paz, bello en sí mismo. No hay nada de errado en eso.
Y después viene la última alquimia, el punto donde repentinamente te das cuenta que no sos nada de eso -ni la felicidad, ni la tristeza. Sos el observador: observás las cumbres, observás los valles; pero vos no sos nada de eso.
Una vez que llegás a ese punto, podés empezar a celebrar todo: celebrás la vida, celebrás la muerte
.
LAS MAQUINAS AYUDAN, PERO NO CREAN MEDITACION

Están creándose tantas máquinas en el mundo que pretenden dar meditación... Solamente te ponés unos auriculares, te relajás, y en diez minutos llegás al estado de meditación...
Esto es estupidez pura. Pero hay un motivo por el cual entró esta idea en las mentes de gente técnica. La mente funciona en una cierta longitud de onda cuando está en la vigilia. Cuando está soñando, funciona en otra. Cuando está profundamente dormida, funciona en una longitud de onda diferente. Pero ninguna de ellas es meditación.

Por miles de años llamamos a la meditación turiya, “el cuarto”. Cuando vas más allá del sueño más profundo, y todavía estás conciente, esa conciencia es meditación. No es una experiencia, es tu mismo ser.
Pero estos mecanismos de alta tecnología pueden ser de gran utilidad en las manos apropiadas. Pueden ayudar a crear en tu mente el tipo de ondas para que empieces a sentirte relajado, como si estuvieras medio dormido…los pensamientos empiezan a desaparecer, y viene un momento en que todo se silencia en vos.
Ese es el momento en que las ondas son las de un sueño profundo. No vas a ser conciente de este sueño profundo, pero después de diez minutos, cuando te desconecten la máquina, vas a ver los efectos: estás tranquilo, quieto, en paz, sin preocupación, sin tensión; la vida parece más risueña y alegre. Uno se siente como si se hubiese dado un baño interno. Todo tu ser está calmo y fresco.
Con las máquinas las cosas son muy ciertas, porque no dependen de ninguna acción tuya; es como escuchar música: te sentís en paz y en armonía. Esas máquinas te llevan hasta el tercer estado -un dormir profundo, un dormir sin sueños.
Pero si pensás que esto es meditación, estás equivocado. Te voy a decir que es una buena experiencia, y si también podés estar conciente desde el mismo comienzo, cuando empezás a profundizar en el sueño, mientras la mente empieza a cambiar sus ondas…tenés que estar más alerta, más despierto, más vigilante -¿Qué está pasando?- y vas a ver que de a poco la mente se va cayendo dormida. Y si podés ver que la mente se va cayendo dormida…ese que está viendo a tu mente dormirse, es tu ser y ese es el propósito de toda meditación auténtica.
Esas máquinas no pueden crear esa conciencia; esa conciencia la tenés que crear vos mismo. Pero esas máquinas ciertamente pueden crear, en diez minutos, una posibilidad que probablemente vos no seas capaz de crear en años de esfuerzo.
Entonces, no estoy en contra de estos instrumentos de alta tecnología; estoy totalmente a favor. Solamente quiero que esta gente que está diseminando estas máquinas por todo el mundo, sepa que está haciendo un buen trabajo, pero que está incompleto. Va a estar completo solamente cuando la persona en el silencio más profundo, esté también alerta, como una pequeña llama de conciencia que sigue ardiendo.
Todo desaparece; hay oscuridad, silencio y paz alrededor -excepto una inconmovible llama de conciencia. Entonces, si la máquina está en las manos apropiadas, y si se le puede enseñar a la gente que lo más real no va a llegar por la máquina, la máquina va a poder crear el terreno esencial para que esa llama pueda crecer.
Pero esa llama depende de vos, no de la máquina.
Entonces, por un lado estoy a favor de esas máquinas y por otro estoy muy en contra, porque mucha, mucha gente va a pensar:
“Esto es meditación”.
Y va a ser engañada. Estas máquinas van a hacer un daño inmenso, pero se van a extender por todo el mundo muy pronto. Y son simples -no hay mucho en ellas; es solamente cuestión de crear ciertas ondas.
Los músicos pueden aprender de esas máquinas el tipo de ondas que crean en la gente y pueden empezar a crear esas ondas con sus instrumentos. No hay necesidad de máquinas, los músicos solamente ya pueden crearte esas ondas, ¡y vas a empezar a quedarte dormido! Pero si podés estar despierto incluso en el sueño más profundo, cuando veas que te falta un paso para quedar inconsciente, aprendiste un secreto. Esa máquina puede usarse hermosamente.
Y esto es verdad para todas las máquinas del mundo: en las manos apropiadas, pueden usarse tremendamente para el beneficio de la humanidad. En las manos equivocadas pueden convertirse en trabas.
Y, lamentablemente, hay tantas manos equivocadas…
Pero no es meditación; es solamente un cambio en las ondas de radio en el aire que continuamente están pasando alrededor tuyo. Seguramente puede ser útil como experiencia; de otra manera, para mucha gente, la meditación se quedaría solamente en la palabra. Piensan que en algún momento van a meditar, y queda la duda de si alguien verdaderamente medita.
Pero en el oeste, la mente es mecánica, la actitud es mecánica; todo lo quieren reducir a una máquina -y son capaces de eso. Pero hay cosas que están más allá de la capacidad de cualquier máquina. La conciencia no puede crearse con ninguna máquina; está más allá del alcance de toda alta tecnología. Pero lo que puede darte la tecnología, ciertamente puede usarse. Esto puede usarse como un hermoso trampolín hacia la meditación.
Y una vez que probaste la conciencia, por unas cuantas veces tal vez la máquina te pueda ser útil para que se te haga más claro, para que tu conciencia se separe cada vez más del silencio que está creando la máquina. Y después tendrías que empezar a hacerlo sin la máquina. Una vez que hayas aprendido a hacerlo sin la máquina, la máquina te ayudó inmensamente.

MEDITACIÓN:
LA PRIMERA
Y LA ÚLTIMA
LIBERTAD
OSHO

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